El “pulgarcito
latinoamericano”: así llamó el escritor Julio Enrique Ávila al país más pequeño
de América Continental. San Salvador, es además la capital centroamericana más antigua,
fue fundada en 1525. Con una temperatura promedio de 25 °C y una temporada de lluvias que va
de mayo a octubre, es un destino increíble para quienes desean conocer arquitecturas republicanas, centros modernos y sorprendentes entornos naturales.
El Centro Histórico
En
esta ciudad se podrá encontrar con un sinfín de plazas, museos, teatros y
catedrales que como en muchas ciudades de Latinoamérica en sus centros
históricos, está ligada con la tradición cristiana. Aquí podrá conocer una riquísima
tradición cultural que lo llevará a tiempos pasados con un recorrido por 203
manzanas de constucciones históricas protegidas.
Viaje
arqueológico
En San
Salvador, podrá llegar a uno de los puntos de partida de la ‘Ruta Maya’,
trayecto de vestigios arqueológicos que preservan pirámides, templos, campos
deportivos, centros económicos y reliquias prehispánicas.
Gastronomía salvadoreña
Prepárese
para disfrutar platos que convergen las tradiciones españolas e indígenas. Los
platos tradicionales pueden sorprender su paladar, así que no dude ni un
segundo en degustar las famosas Puposas, tortillas de maíz hechas que hechas a
mano pueden estar rellenas de queso, chicharrón, ayote, frijoles o refritos.
Una digna representación de la comida criolla salvadoreña.
¡A surfear!
Al
occidente del país, sobre el Pacífico Norte, se encontrará con hermosas playas en
las cuales podrá nadar o practicar algún deporte extremo acuático como el surf,
el windsurf, el kayaking, entre otros. Dentro de sus 16 playas se destaca El
Tunco, reconocida por sus olas gigantes que la convierten en sede de
importantes competiciones.